El maltrato contra la población infantil y juvenil, en sus diversas formas, se incrementó este año en Nueva Esparta, con 11 casos registrados por la prensa regional hasta el mes de noviembre, lo que representa un aumento de 63,64% respecto de 2021, cuando se reseñaron 4 casos (2 por lesiones físicas y 2 por actos lascivos), revelando la vulnerabilidad de este grupo etario en la situación de crisis humanitaria que atraviesa el país.
En distintos ámbitos el maltrato infantil se entiende como el abuso y la desatención contra personas menores de 18 años, incluidos daños físicos, psicológicos, sexuales, negligencia, explotación, entre otros.
En el informe del primer semestre realizado por el Observatorio Venezolano de Violencia Nueva Esparta (OVV Nueva Esparta), de acuerdo con el monitoreo de prensa, se evidenció que el hogar es el escenario más importante de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes (NNA), aunque es un espacio menos frecuente en la totalidad de delitos, siendo de 43,48% en comparación con los espacios abiertos (52,17%).
Diversos hechos violentos ocurridos en los hogares contra esta población, causaron conmoción en la opinión pública. En el mes de marzo se conoció del trato cruel cometido contra una niña de 6 años por parte de su madre y la pareja de esta, quienes la mantenían encadenada a la pata de una cama. Al momento de que unos vecinos la hallaran, la pequeña se encontraba en avanzado estado de desnutrición y rodeada de sus propias heces.
Sobre este caso en particular, la coordinadora del OVV Nueva Esparta, Hilda Mendoza, enfatizó que «la victimización de este tipo por parte de la propia madre muestra la magnitud que ha alcanzado el deterioro familiar y social en tiempos de emergencia humanitaria compleja en Venezuela, y concretamente en la entidad».
Abuso sexual infantil
A escala nacional, el abuso sexual es una de las manifestaciones de violencia más frecuentes contra NNA. Según cifras de la Fiscalía General de la República, entre enero y octubre se contabilizaron 1.024 casos. De acuerdo al seguimiento de prensa realizado por el OVV Nueva Esparta, en lo que va de año se han registrado 6 casos de agresiones sexuales contra niños, niñas y adolescentes insulares.
En agosto capturaron en Margarita a una mujer de 32 años, quien presuntamente entregó a su hija de 13 años a una red de prostitución con destino final en Perú. También negoció a otras dos adolescentes de 15 y 17 años, amigas de su hija, como se conoció a través de los medios. Ese mismo mes detuvieron en el sector Los Cocos del municipio Mariño un hombre de 57 años acusado de cometer actos lascivos contra un niño de 3 años.
En septiembre, en la población de Villa Rosa, municipio García, arrestaron a un hombre sexagenario por violar y embarazar a su nieta de 13 años. Igualmente, detenido un hombre señalado de abusar sexualmente de una niña de 9 años.
Apresaron a otro sujeto en octubre por intentar actos lascivos contra una escolar, ambos hechos ocurridos en esta misma jurisdicción insular. Mientras que en la población de La Isleta II, municipio García, sorprendieron a un hombre de 67 años cuando abusaba sexualmente de su nieto de 2 años.
La abogada Beatriz Mora, especialista en violencia de género y contra los NNA, ha dicho en recientes foros nacionales sobre el tema, que «la migración venezolana trajo como consecuencia que muchos padres dejaron a sus hijos bajo el cuidado de sus abuelos, tíos, incluso vecinos y amigos, lo que aunado a la situación de duelo emocional, hace más vulnerables a estos niños y adolescentes».
Neonatos abandonados
Dos hechos violentos contra neonatos conmocionaron a la población insular. En marzo, una recién nacida fue abandonada en una calle aledaña al cementerio de Porlamar, siendo rescatada con vida por funcionarios de los organismos de seguridad y salvamento.
En octubre se registró un infanticidio en la Península de Macanao, donde habitantes de la localidad de Boca de Pozo hallaron dentro de un basurero y con signos de incineración, el cuerpo sin vida de un bebé recién nacido.
«Estas acciones muestran un profundo quiebre social, familiar y en la psique femenina. Precisamente encontramos en un reciente estudio sobre mujeres y su relación con delitos violentos, tanto víctimas como victimarias, que en varios de estos casos el rol materno se encontraba debilitado o fracturado, y en esto influían situaciones estructurales del país», expone Mendoza a manera de reflexión.