Según Focus economics, se estima que para el 2023 en Venezuela se logre alcanzar una tasa inflacionaria de 130%, alimentada por la constante devaluación del bolívar, el crecimiento del costo de la vida y la limitada capacidad productiva del país.
Venezuela, con base en el índice de miseria desarrollado por el economista Arhur Okun donde predominan indicadores de economía, pobreza y empleo, se proyecta como la segunda economía «más miserable» del mundo para 2023, con un total de 164 puntos. Cabe destacar, que durante 6 años seguidos el país caribeño lidero el ranking hasta 2021.
Este índice es utilizado como referencia por importantes empresas internacionales y organizaciones del ámbito económico, aunque en reiteradas ocasiones ha sido objeto de críticas o revisiones a lo largo del tiempo. De cara al próximo año muchos modelos económicos mejorarán en algunas naciones, sin embargo, Venezuela saldrá dentro de las peores paradas para el año 23 del siglo XXI.
El crecimiento rápido de la masa monetaria, la producción de dinero inorgánico y la caída del cono monetario de circulación nacional pronostica una inflación que superará el 180%, mientras que la tasa de desempleo se situará en el 19,3% para el primer trimestre del año.
También, contribuye en el deterioro del modelo país actual, la carencia de un sistema empresarial estable, las constantes políticas que destruyen las pocas nociones de seguridad económica que se manejaba en el país para otras épocas. Venezuela lleva desde 2019 sumido en una crisis financiera, monetaria y política, donde los bienes escasean y los servicios básicos han colapsado.
Malos panoramas en el sur de Latam en 2023
El primer lugar en el Índice de la Miseria para 2023 lo ocupará Zimbabue, con una puntuación de 206. Otro país que no sorprende a los economistas a nivel internacional es Argentina, que dentro del índice ocupa el cuarto puesto, siendo el país que mayor inestabilidad refleja para el 2023, después de Venezuela.
El pasado mes de noviembre, las previsiones apuntaban a que la inflación en el país latinoamericano se acercará al 100% interanual en 2022, algo que no sucedía desde hace casi 30 años.
La desconfianza por parte de los inversionistas en el sur de la región, ha golpeado de manera significativa la moneda de curso legal en Argentina, incrementando los procesos inflacionarios, situando a este país en un contexto donde urgen políticas económicas que manejen cierto grado de efectividad para los próximos meses.