El inicio del mes de noviembre trajo consigo el incremento de las precipitaciones en el estado Nueva Esparta. Las inundaciones, los desbordes y problemas en las calles se han venido agravando con el paso de los días, ya que la carencia de canales para el desvío del agua en las principales arterias viales de la zona ha traído consigo diferentes víctimas, las cuales han tenido que desplazarse entre municipios porque sus casas han quedado inundadas o inaccesibles.
«La lluvia nos beneficia porque nunca hay agua, pero siendo sinceros es muy complicado para nosotros en estos tiempos porque a la mayoría de las personas se les inunda la casa o presenta problemas para poder mantener sus cosas en buen estado», dijo Ligia Carreño, habitante del municipio Marcano.
Marcano comentó ante La TV Calle que durante el mes de julio y agosto la lluvia afectó a sus vecinos, por lo que muchos de estos tuvieron que sacar un conjunto de bienes que estaban afectados para lograr recuperar aquellos que todavía poseen tiempo de vida útil.
Además, la crisis para acceder al agua potable ha impulsado a las personas para que empiecen a consumir de la lluvia luego de almacenarla en recipientes por largas horas como un medio para subsistir ante la desaparición del servicio en muchos hogares de Nueva Esparta.
El agua de lluvia es la única opción de muchos margariteños ante la crisis que enfrenta Nueva Esparta
En las poblaciones populares del municipio Gómez, las personas se han ingeniado sistemas para la recolección de agua de manera rudimentaria y poder crear espacios para que este factor nunca falte dentro del día a día de muchas familias en la entidad insular.
«Yo puse un tubo que va desde el techo de mi casa hasta un tanque subterráneo donde agarramos el agua para poder lavar o limpiar algunos espacios de mi hogar, mi esposa siempre sufre de alergias en las manos por este tipo de agua almacenada, pero no tenemos más opciones para poder vivir de manera tranquila», dijo Mario González.
Una cisterna de agua actualmente tiene un costo de 40 o 50 dólares para surtir 10 mil litros de agua potable en una casa, dentro de un tanque que tiene capacidad para 20 mil litros. Este tipo de mecanismos se ha convertido en una renta que pocas personas pueden pagar en la entidad insular, ya que el promedio de ingresos mensuales en una familia no supera los 200 dólares, donde el 70% está dirigido a la compra de comida o productos de primera necesidad.