Trabajadores de la salud protestaron en las puertas del Hospital tipo II San José de la población de Tovar, en Mérida, para exigirle al gobierno nacional que cancele los pagos atrasados, así como el respeto a lo establecido y aprobado en la convención colectiva.
Indicaron que la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre), rechaza los tabuladores aprobados en el contrato colectivo. Por lo que reclaman un sueldo justo que dignifique el trabajo de todos los médicos, enfermeros y todo el personal de la salud, quienes deben cumplir jornadas de trabajo largas sin recibir una remuneración económica ecuánime. También, exigieron la renuncia del Ministro de Finanzas, quien no se centra en atender las necesidades del sector.
Además, la crisis del sector también afecta la atención médica general y especializada. En todos los centros de asistencia existe escasez de insumos y equipos que permiten la rapidez para diagnóstico, estabilización e intervención de cualquier paciente. Hecho que no solo vulnera el derecho al trabajo de los profesionales del área, también influye negativamente en la salud de todos los merideños.
Según el periodista local, Adán Contreras, “el personal de salud también rechazó la criminalización por parte de organismos de seguridad por solicitar insumos médicos y medicamentos a los pacientes o familiares. En el Hospital de Tovar no hay. Las dotaciones que envía el Ministerio de Salud son insuficientes”.
Esto, ante las presiones ejercidas por parte de las autoridades gubernamentales regionales y los organismos de seguridad en algunos centros de asistencia en Mérida. Algunos trabajadores han recibido alertas significativas con respecto a esto, dejándolos manos atadas para poder salvaguardar y restituir el bienestar físico de los pacientes.
Fuentes anónimas dentro de hospitales merideños aseguran que las autoridades competentes les impiden dar declaraciones a los medios. Limitando así el derecho a informar, libertad de expresión y prensa.