Para conseguir que las instituciones de educación básica puedan seguir funcionando, los docentes, padres y representantes, miembros de la comunidad y el sector privado han tenido que recurrir a pedir donaciones y hacer actividades como rifas y venta de sopas para reparar las escuelas del municipio Naguanagua.
De acuerdo al dirigente de la comunidad Adán Hernández, han implementado estos modelos de autogestión para que los niños puedan acceder a la educación; ni la administración de Rafael Lacava, ni el gobierno nacional cumplen con sus responsabilidades, porque que no han invertido en la infraestructura de los planteles.
“Hay escuelas, como la Manuel Cedeño del pueblo La Entrada, que llevan más de cinco años sin electricidad. Tienen agua porque los docentes compraron una bomba. Mientras que en otras escuelas padres y representantes compran cisternas de agua, reparan y pintan paredes agrietadas, limpian jardines, entre otras labores”, declaró.
Mencionó también que hay otras instituciones donde se presentan filtraciones en los techos y los equipos hidroneumáticos están dañados; situación que ha obligado a los trabajadores a cargar agua en tobos para limpiar baños y salones.
Por otro lado, comentó que tres de los planteles del municipio los apadrinaron un grupo económico, que además de fortalecer el contenido académico de los niños, han brindado apoyo tecnológico a los profesores, otorgándoles celulares inteligentes con recargas para poder impartir las clases online. Este apadrinamiento abarca las becas de 400 estudiantes universitarios.
El líder vecinal hizo un llamado para que se concreten alianzas y se defina una agenda entre la gobernación de Carabobo y la alcaldía de Naguanagua para que se garanticen las condiciones óptimas para el funcionamiento de las escuelas. “Si es cierto que no es competencia de la alcaldía, los naguanagüenses sí somos sus electores”, finalizó.