La carencia de transporte público y de rutas en las poblaciones rurales se ha vuelto un reto para los Margariteños en su día a día. Estos suelen pasar hasta 2 horas en una parada esperando que transite un bus o algún vehículo que se detenga para desplazarse hasta el centro de la Isla y logren acceder a rutas de transporte terrestre.
Los estudiantes universitarios y el personal docente de diferentes instituciones educativas del estado presentan las consecuencias de no disponer de rutas de transporte en sus comunidades. Tal como sucede en la población de El Maco, donde tardan hasta 2 horas esperando por un carrito por puesto en horas de la tarde. A otros les resulta imposible la espera, por lo tanto emprenden largos trayectos por caminos inseguros hasta la capital del municipio Gómez.
«Yo estoy haciendo pasantías en un pequeño consultorio que hay en la población. Cada vez que salgo después de las 3 de la tarde me cuesta mucho acceder al transporte público. Gracias a Dios siempre pasan vehículos que se detienen de forma voluntaria para ayudarme a llegar a la población de Santa Ana» dijo Andrea una estudiante de enfermería de la Universidad de Oriente.
Asimismo, varios estudiantes de educación media general se ven en la obligación de trasladarse hasta las poblaciones vecinas caminando. Estos en reiteradas ocasiones han sido víctimas de robos o amenazas durante su paso por la vía de El Mago hacia Santa Ana.
Sin transporte y con cada vez más riesgos por la carencia de centro de atención primaria
La población de El Maco lleva aproximadamente 12 años sin un centro de atención primaria. Además no cuenta con instalaciones adecuadas para que el personal de salud comunitario pueda ejercer la medicina de la mejor manera.
Esto coloca en un alto nivel de riesgo a esta población, cuyo nivel de habitantes es superior a las 1000 personas. El tiempo de espera de una unidad de transporte en caso de una emergencia puede ser mortal. Por falta de una ambulancia, al instante de un infarto o un cuadro clínico de esta índole, una persona podría perder su vida.
Los habitantes de este lado de la Isla suelen debatirse entre la vida y la incertidumbre, para muchas personas sostener un ritmo de vida regular donde se pueda disponer de todos los servicios de manera adecuada se ha vuelto una utopía que va pasando de generación en generación por el gobierno de turno.
«No tenemos un módulo porque lo derribaron. Las instalaciones del personal de salud es una casa abandonada, anteriormente conocida como la residencia de los doctores de la comunidad. Esperar por un medio de transporte para llegar al centro de atención primaria más cercano puede costarnos muy caros» comentó ante La TV Calle Liliana habitante de la calle principal del pueblo.
Transportistas dejan las rutas rurales por el abandono de las calles
En su defensa, los transportistas argumentan que el abandono de las calles, la falta de gasolina y los problemas con el efectivo son las razones por las que decidieron dejar la ruta de transporte. Aunque hasta la actualidad se desconoce el motivo principal por el que los trabajadores han efectuado un servicio deficiente en esta área del noroeste de la Isla.
Finalmente, los integrantes de este sector de la Isla son víctimas de transgresiones constantes a los Derechos Humanos al no disponer de un servicio de salud las 24 horas del día ni unidades de transporte que faciliten el traslado de los integrantes de esta área de la Isla de Margarita.