10 años de impunidad, de silencio, de sufrimiento y dolor ha tenido que vivir Maritza Molina desde que asesinaron a su hijo, Billi Mascobeto Molina.
El joven era médico y fue asesinado en plena función de sus labores, en extrañas circunstancias, el 29 de febrero de 2012, en Barlovento, estado Miranda. Esto, ocurrió a los pocos días de haber denunciado una red de corrupción en diversos centros hospitalarios.
Hasta la fecha, este delito no ha sido resuelto y no hay ningún responsable juzgado por el hecho. Pues, las autoridades venezolanas solo señalaron que se trató de un intento de robo, aunque los presuntos delincuentes no se llevaron las pertenencias de Billi Mascobeto.
Frente a esto, su madre no ha descansado en la búsqueda de la verdad de esta sospechosa muerte. Sin embargo, en estos 10 años, solo se ha encontrado con un sistema judicial que parece estar en contra de esclarecer los hechos.
«Tiene un retardo procesal injustificado. Las veces que he venido a la Fiscalía para saber cómo está el caso, no me dan respuesta. Ese caso está estancado», precisó Molina en una entrevista concedida a La Tv Calle a las afueras del Ministerio Público en Caracas.
LOS CASOS DE ASESINATOS SON POCO ESCLARECIDOS SEGÚN ONG
En Venezuela no se cuenta con cifras oficiales sobre los casos de asesinatos, ni con detalles de cuáles son resueltos o no. No obstante, ONG como el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) han hecho seguimiento a esta situación.
La organización aseguró que Venezuela cerró el año 2021 con 11.081 muertes violentas. En ese registro, la ONG incluye homicidios y muerte por resistencia a la autoridad. Pero, también registra aquellas que no han sido esclarecidas. Para el año pasado la organización aseguró que en esta categoría contabilizaron 4.003 muertes, las cuales quedaron en averiguación.
EL CLAMOR DE LA MADRE DE BILLI MASCOBETO ANTE LA INJUSTICIA DEL CASO
«¿Por qué el Estado no responde? ¿Qué es lo qué pasa con este caso? ¿Cual es la oscuridad?», se cuestiona a diario la madre de Billi Mascobeto desde que emprendió la lucha de hacer justicia por su hijo.
En este sentido, Molina exige al Estado venezolano celeridad en esclarecer los hechos. Aseguró sentirse desgastada física, psicológica y económicamente, debido a que es ella quien cubre los gastos de la documentación que constantemente consigna ante el Ministerio Público.
«El Estado tiene que reparar esto, aunque a mi hijo no me lo van a devolver. Pero, los responsables que le quitaron la vida tienen que ser condenados por lo que hicieron», finalizó Molina.
