La mañana de este miércoles 7 de abril, trabajadores de los diferentes gremios que hacen vida en el estado Anzoátegui se concentraron frente a la Inspectoría del Trabajo “Alberto Lovera”, ubicada en Barcelona. Esto, con el fin de exigir mejores condiciones laborales.
Los manifestantes rechazaron el aumento salarial decretado por Nicolás Maduro, el cual entró en vigencia el pasado mes de marzo. A su juicio, el mismo no se adapta a sus necesidades y no les alcanza ni para cubrir la canasta básica alimentaria.
Protestan en la Inspectoría del Trabajo
El coordinador del Movimiento de Trabajadores de la Salud (Motrasalud), Edisson Hernández, manifestó que las condiciones de los empleados públicos en la entidad empeoran cada día más. Sobre todo las de quienes laboran en el Hospital Dr. Luis Razetti de Barcelona.
“En vez de mejorar la situación, cada día empeora más. Empeoran los salarios, empeoran las vacaciones”, expresó Hernández, tras denunciar desmejoras y supuestos casos de acoso al personal del centro de salud capitalino.
Por su parte, Maira Marín, presidenta del Sindicato Venezolano de Maestros en Anzoátegui (Sivema), se pronunció al respecto. De esta forma, señaló que los trabajadores del sector educativo del estado seguirán en la calle hasta restablecer sus derechos salariales, socioeconómicos y sociales.
“Hoy los educadores y toda la nómina del sector educación mueren por no tener un HCM (Hospitalización, Cirugía y Maternidad) y un seguro funerario”, dijo Marín. Además, en la protesta en la Inspectoría del Trabajo, rechazó que los derechos contractuales de los trabajadores estuvieran “desmejorados”.
“La Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) ha decidido, de manera arbitraria y unilateral, arrebatarnos los derechos contractuales como primas de profesionalización y otras que veníamos cobrando en el sector de educación. Así como los salarios que no terminan de actualizarse”, agregó..
Finalmente, miembros del sector de educación, salud y jubilados, entre otros, acudieron a la convocatoria denominada “protesta de las ollas vacías y de los zapatos rotos”. En la misma entregaron un documento de 10 páginas en la Inspectoría del Trabajo, donde expusieron todos sus problemas.
