Adultos mayores subsisten con limosnas y duras jornadas de trabajo informal

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Los adultos mayores en Nueva Espata sobreviven mediante limosnas y largas jornadas de trabajo informal. Algunos salen a la calle a pedir algo de comer. Por su parte, otros toman los autobuses y demuestran algo de talento artístico para recibir un ingreso que les permita cubrir las necesidades de su familia.

Aunque recientemente se incrementaron las pensiones de los venezolanos, estos continúan presentando diversas dificultades para lograr abordar las demandas que genera su familia a diario.

En su mayoría, los adultos mayores suelen tener bajo su potestad a nietos o sobrinos cuyos padres han tenido que abandonar el país para migrar a otros lugares. Todo esto, como consecuencia de la crisis humanitaria compleja que enfrenta Venezuela desde hace algunos años.

La canasta alimentaria mensual está situada en 353 dólares, según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF). Entre tanto, el salario más alto que percibe una persona de la tercera edad equivale a 118 dólares mensuales, mientras que el mínimo es de aproximadamente 29 dólares mensuales. Dicha situación demuestra la falta de proporcionalidad con la realidad del aumento salarial anunciado por la administración de Maduro.

Un abuelo, cuyas ganancias mensuales sean de 80 dólares aproximadamente, requiere de 5 salarios para lograr abordar el costo de la canasta alimentaria en el país. Además, la asfixia presupuestaria del sector salud ha mermado el acceso a este DDHH, pues los adultos mayores requieren de ingresos superiores a los 500 dólares para cubrir sus gastos en medicina y chequeos médicos.

Humillados y abandonados: así se sienten los adultos mayores en Venezuela

El observatorio de Derechos Humanos de la ULA, por medio de un informe donde se estudia la situación precaria de vida que enfrentan los adultos mayores en Mérida, presentó un modelo de la realidad de todas las regiones del país.

Los altos costos de medicamentos, la falta de una alimentación balanceada, la carencia de ingresos adaptados al contexto actual de Venezuela, la pérdida de la seguridad social y los abandonos, suelen ser los principales problemas que invaden la vida de los adultos mayores en Venezuela.

La señora Teresa, una humilde vendedora de golosinas en Porlamar, vive en condiciones precarias por la falta de una pensión digna. Por ello, pasa largas horas caminando intentando vender su mercancía para tener algo que comer. Pues, afirma que el dinero que percibe no le alcanza para nada.

“No tengo una pensión con la que pueda costear el ritmo de vida de mi familia. Gracias a los dulces logro ayudar a mis nietos para ir a la escuela. Hay días donde no vendo nada y tiendo a deprimirme. Sé que ese día no tendré para comprar la comida de mi casa”, dijo la ciudadana

El hambre y las preocupaciones siempre permanecen en la vida de Teresa. Este es solo un ejemplo de las condiciones de vida de cientos de adultos mayores en Nueva Esparta.

Lamentablemente, la crisis se agrava cada vez más. Las personas, en vista del contexto actual, entran en la clasificación de abandono. Mientras tanto, la famosa campaña del gobierno nacional para garantizar una vejez digna termina siendo una simple política populista con fines ideológicos.

Adultos mayores subsisten con limosnas y duras jornadas de trabajo informal

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