“Por aquí vinieron muchos políticos hace unos meses en campaña prometiendo arreglar las carreteras tachirenses. Pero, con el tiempo, uno solo escucha las cifras de dinero que pidieron para las obras que ejecutaron”, comentó José Dugarte, productor de la zona del páramo de Zumbador.
La carretera Transandina es la principal vía que atraviesa Los Andes venezolanos. Ella se extiende por 1.529 km de longitud partiendo desde la ciudad de Caracas hasta San Antonio del Táchira, en la frontera con Colombia.
Además, recorre la cordillera de la Costa y la cordillera de Los Andes atravesando los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Yaracuy, Carabobo, Aragua, Miranda y el Distrito Capital. Sin embargo, esta vía de vital importancia para el país se ha deteriorado gravemente con el pasar de los años. Esto, sin contar con una inversión significativa del Estado que le permita mantenerse y renovarse. Tal y como debe ocurrir con todas las obras que permiten el desarrollo de una nación.
La crisis de las carreteras tachirenses
Dicha situación afecta todo el tránsito terrestre en la zona norte del Táchira. Por allí se movilizan personas, mercancías, productos agrícolas e industriales que se dirigen desde el Táchira al estado Mérida, a Caracas y a otras regiones del centro del país.
Por ejemplo, buena parte de las hortalizas que se producen en la zona norte del Táchira, las cuales surten a importantes sectores del país, circulan diariamente por esta vía. No es extraño ver, con cierta frecuencia, camiones cargados de productos agrícolas accidentados en la vía.
Esto, por algún choque generado al esquivar los huecos o por haber sufrido daños en la unidad al caer en uno de ellos. Igualmente pasa con el transporte de pasajeros.
Por estos constantes peligros, y la importancia de esta vía, la ciudadanía misma ha emprendido la labor de reparación de algunos de los trayectos más importantes o menos costosos de reparar. Todo, mediante la colaboración interna de los comerciantes y familias que donan bultos de cemento y mano de obra para reparar las carreteras.
“Muchas veces nos organizamos para reparar la carretera. Aunque estos no son los mejores materiales para ello, son los que podemos conseguir. Solo es ponerle trapitos de agua tibia a la situación. De resto esto seguirá igual”, argumentaron algunos productores que no ven esta alternativa como una solución definitiva.
Así pues, los ciudadanos que circulan diariamente por esta arteria vial ven con preocupación la situación. Pues, se evidencia cómo la reparación de las carreteras tachirenses, que surten alimento al resto del país y que ayudan a desarrollar diversas actividades económicas y sociales, se haya convertido en promesas de campaña. Además de números que se quedan en rumores en medio de la escasa información presupuestaria.