En el estado Zulia, la crisis eléctrica golpea con especial énfasis. Entre cortes y apagones viven sometidos sus habitantes, lo cual además causa graves problemas en hospitales, clínicas, industrias, transporte y servicios de agua.
Maracaibo parece ser la ciudad más impactada por los cortes eléctricos, la falta de agua, gasolina y la hiperinflación. Una larga lista de problemas agobia a los zulianos y los mantiene en una lucha diaria por sobrevivir.
Por su parte, la novela y sus capítulos de “terror” continúan. La fiesta de fluctuaciones es el pan de cada día y las comunidades siguen viviendo el calvario infernal de someterse a horas diarias con planes de administración de cargas eléctricas.
El clamor de los ciudadanos por los apagones
Los habitantes marabinos deben lidiar a diario con temperaturas que sobrepasan los 40 grados. Vivir en “la ciudad más bella del continente” ahora es un calvario marcado por el retroceso en pleno siglo XXI.
Andrea Acosta, ama de casa, describió las adversidades que enfrenta día a día. Afirmó que la carrera es contra el tiempo, pues viven apurados para hacer todo antes que se vaya la luz, se queden sin agua o se dañe la comida.
“Soy una mujer de 50 años y siento que he vuelto a mis tiempos de niña cuando no había nada. Me quedé sin nevera, sin aire, sin ventilador, sin lavadora. Volví a la era manual”, expresó la ama de casa.
Carlos Colina, habitante de la parroquia Luis Hurtado Higuera, relató que esta situación es inaceptable. Afirmó que las dificultades que vive la ciudadanía para lograr vivir son cada vez mayores.

Posibles soluciones
El gobernador de la entidad zuliana, Manuel Rosales, se reunió con la alta directiva de Corporación Andina de Fomento (CAF). Esto, para presentar una propuesta concreta que ayude a solucionar los problemas de la crisis eléctrica.
Rosales presentó una propuesta de agenda de trabajo con tres planteamientos centrales, considerados a ser tratados con extrema urgencia y celeridad, dado el escenario actual que vive Venezuela. La gravedad de los problemas de la electricidad, agua, salud y educación exigen tratamiento y solución.
“No estamos en tiempo de hacer diagnóstico sobre la tragedia que sufre el país porque todos los padecemos. Todos tenemos un compromiso y una responsabilidad de abrir caminos y escenarios que permitan reencontrarnos como sociedad civilizada y democrática”, concluyó.