Un grupo de estudiantes, de la Universidad de Carabobo y de la Universidad Arturo Michelena, se concentró el fin de semana en la antigua sede de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) de Carabobo. Esto, para exigir la reanudación de la atención al público y poder iniciar un plan de respuesta a la emergencia educativa en la entidad.
La protesta pacífica consistió en la pega de volantes con mensajes alusivos a la crisis. La misma referente a la infraestructura, transporte, deserción estudiantil, sueldos de profesores y personal obrero que atraviesa el país.
Entre los mensajes destacaban «educación como prioridad nacional»; «es nuestro derecho conocer el presupuesto destinado al sector educativo»; y «la autonomía universitaria es garantía de la democracia en el país».
Gabriel Cabrera, coordinador de la Alianza Todos por la Educación en Carabobo, denunció la muerte de un ciudadano en el campus universitario ubicado en el municipio Naguanagua. Dicha situación ocurrió tras ser golpeado para robarlo. Asimismo, expuso la presencia de unidades militares rusas en el estado desde el pasado 17 de febrero.
Más de la protesta ante la antigua sede de la OPSU en Carabobo
Cabrera expresó que todo esto es una demostración de “cómo las prioridades del Estado venezolano se han orientado hacia la confrontación militar y el apoyo a países con gobiernos autoritarios. Mientras se distancia del mantenimiento de un sistema universitario de calidad, que cree oportunidades y sea garante del sistema democrático”.
Por su parte, Gabriel Molina, secretario de relaciones interinstitucionales de la Federación de Estudiantes de Derecho de Venezuela, se pronunció para exigir que el Estado cumpla con sus responsabilidades. Las cuales están contempladas tanto en la Constitución como en las comunicaciones con los jóvenes de la región.
Los ciudadanos exigen seguridad y recursos monetarios para recuperar la infraestructura. Esto, además de la restitución de providencias estudiantiles que permitan la permanencia, especialmente de los aspirantes más pobres.
Finalmente, Moisés Cordero, activista de DDHH, afirmó que esta agenda de protesta continuará hasta que oigan a todos los jóvenes. Pues, aseguran que las demandas no son solo por los universitarios, sino por todos aquellos que hoy viven un sistema militarista, injusto y autoritario. Sobre todo, que va en contra de las aspiraciones de la mayoría de quienes “trabajan para construir un país de prosperidad, democracia e inclusión”.