Los niños, niñas y adolescentes que actualmente se encuentran cursando los diferentes niveles de la educación venezolana en el estado Nueva Esparta expresaron sus descontentos por las pedagogías y metodologías empleadas en el programa de educación oficial online “cada familia una escuela”.
Durante un recorrido efectuado por el equipo de La TV Calle en las instituciones rurales de carácter oficial en Nueva Esparta, se realizó una consulta básica a los estudiantes de estas instituciones. Esto con el objetivo de medir los niveles de educación de calidad en el estado.
Todo, tomando como base inicial los lineamientos señalados en la observación número 13 del derecho a la educación situado en el Pacto Internacional De Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (PIDESCA). En este se mide la adaptabilidad, accesibilidad, disponibilidad y aceptabilidad del modelo educativo en sus diferentes fases.
El 80% de los estudiantes en las instituciones de educación oficial afirman que desde la llegada de la pandemia sienten que cada vez aprenden menos. Igualmente, expresaron su descontento por las políticas adoptadas por el Estado para dictar los objetivos correspondientes al año de estudio que corresponda.
Educación oficial con fallas
El exceso de tareas y la falta de preparación por parte de los docentes para moldear el sistema educativo venezolano, en tiempos de COVID-19, fueron algunos de los argumentos más resaltados en las respuestas por parte de la comunidad estudiantil.
Las instituciones oficiales en Nueva Esparta no cuentan con herramientas tecnológicas que permitan moldear la educación. Esto, con base en las exigencias actuales de la sociedad. Pues, señalaron una estructura “estática” de enseñanza que se encuentra en un retraso continuo para brindar la calidad de educación en el país.
De un salón de 40 estudiantes en una institución oficial en Venezuela, la mitad comenta que presentan dificultades para acceder a los tres platos de comida diario. Incluso, en algunas ocasiones deben visitar a sus amigos para disfrutar de recursos tecnológicos que demanda el modelo educativo venezolano en el sector público.
Varios estudiantes han solicitado por medio del programa social de tecnología al Estado que se retome la distribución de equipos tecnológicos. Esto para que se les permitan avanzar en la educación, como el programa de canaimitas que en su momento existió. Los miembros de la comunidad escolar llevan años esperando una respuesta por parte del gobierno nacional acerca de este beneficio social que se brindó en su momento.
El estrés y la ansiedad han incrementado en los jóvenes
La juventud venezolana desde la llegada de la pandemia ha sido víctima de una vulneración constante del acceso al derecho a la educación. De esta forma, se han vivido las consecuencias de un Estado que ha cerrado canales a diario para acceder a información veraz y precisa.
Diversos alumnos, cuya edad se encuentra en plena etapa de la adolescencia, afirmaron que la crisis humanitaria compleja que afecta sus hogares. Y esto a su vez incrementa sus preocupaciones y niveles de estrés en el día a día. Esto, ya que gracias a la crisis del país no disponen de recursos para continuar con sus estudios.
El analfabetismo y la incapacidad estudiantil aumentaron debido a las dificultades presupuestarias en los hogares venezolanos. En muchas ocasiones la juventud neoespartana señala que les resulta complejo trasladarse a las instituciones de educación oficial o argumentan que deben migrar a otros rubros de la sociedad para la búsqueda de ingresos que les permita sobrevivir en el día a día.
La realidad es que los jóvenes en Venezuela dejan de estudiar para empezar a trabajar porque existen índices de inseguridad alimentaria en sus hogares. Así pues, se ven conducidos a tomar la dura decisión de abandonar la escuela para disponer de recursos que les permita costear el día a día en el territorio nacional.
