El agua es un recurso natural y un bien público fundamental para la vida y la salud. Sin embargo, los habitantes de diferentes sectores de los 11 municipios que conforman el estado Nueva Esparta presentan constantes dificultades para el acceso al agua.
A esto se le suma la imposibilidad, cada vez mayor, de poder satisfacer sus necesidades como la alimentación, la salud, el desarrollo del ser humano en un medio ambiente sano, la calidad de vida, entre otros.
En los municipios Gómez, Antolín del Campo, Península de Macanao, Villalba, entre otras poblaciones pasan hasta más de 60 días sin recibir agua. Por consiguiente, las personas deben trasladarse por largas horas a las alcantarillas públicas para lograr cargar agua en botellas y recipientes que le permitan almacenar el vital líquido.
Los habitantes de la población de El Maco han denunciado en varias ocasiones la irregularidad del ciclo del agua en esta área de la isla. Señalan que las casas llevan más de una década sin acceder al agua por tuberías y sus condiciones cada vez son más precarias. Mucho de los integrantes de este sector indican que “el agua a veces posee un color marrón o tiene bastante suciedad”.
De la misma manera, aseguran que en varios sectores de Nueva Esparta se presenta esta realidad. Incluso, vecinos realizan inversiones gigantescas en mangueras y tuberías de agua para poder realizar conexiones kilométricas externas que les permita trasladar el agua de las tomas hasta sus hogares.
Violaciones constantes al derecho al agua
En la observación número 15 del Pacto internacional de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales se reconoce a parte de la resolución la Resolución 64/292 del año 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció explícitamente el derecho humano al agua y al saneamiento como un Derecho Humano.
Todo lo anterior fija como parámetros para la medición del mismo la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad, asequibilidad y la calidad del recurso. Esto, permite identificar, basándonos en la realidad presente en el estado Nueva Esparta, una vulneración constante del derecho al agua.
Finalmente, queda claro que el abastecimiento del agua debe ser continuo y suficiente. No obstante, en muchos municipios de la Isla de Margarita los residentes relatan la carencia que presentan para acceder y disponer de este servicio público para usos personales o domésticos.
Además, todo esto ha generado del incremento de enfermedades estomacales e infecciones en los residentes de estos lugares. Pues, debido a la situación se ha generado una serie de graves cuadros clínicos por falta de calidad y saneamiento en este servicio.
También, se presenta la accesibilidad física como un parámetro para identificar esta vulneración de derecho. Esto, cuando la falta de mantenimiento de parte del Estado con las tuberías afecta también a estados como Sucre y Anzoátegui.
El Turimiquire
El estado Nueva Esparta, conformado por tres islas, es el único punto del Mar Caribe que cuenta con un sistema instalado en el estado Sucre que les transmite este recurso natural. Esto, contando con dos acueductos, el Luisa Cáceres de Arismendi, conectado al embalse de Clavellinos, y el sistema Turimiquire.
Este 31 de enero ante distintos medios se ha denunciado una ruptura del acueducto Turimiquire. Por ello, los ciclos de distribución de agua en la isla sufren un gran retraso, admitido a través del comunicado presentado por HidroCaribe.
Así pues, se refleja la falta de inversión de políticas públicas adecuadas para garantizar acceso a este servicio indispensable para el ser humano. Asimismo, se evidencia el escaso o nulo el desarrollo de medidas que logren cumplir con las obligaciones adquiridas por el Estado al reconocer el mismo como un DDHH.